Juan Pablo II ha definido a la Declaración
Universal de los Derechos del Hombre como “una piedra miliar en el camino del
progreso moral de la humanidad”. La raíz de los derechos del hombre se debe buscar
en la dignidad que pertenece a todo ser humano.
Estos derechos son “universales e inviolables y no pueden
renunciarse por ningún concepto”.
Universales, porque están presentes en todos los
seres humanos. Inviolables, en
cuanto “inherentes a la persona humana y a su dignidad”.
La fuente última de los derechos humanos no se encuentra en la mera voluntad de los seres humanos, en la realidad del Estado o en los poderes públicos, sino en el hombre mismo y en Dios su Creador.
http://agenciasanluis.com/notas/2013/12/10/hoy-10-de-diciembre-se-celebra-el-dia-de-los-derechos-humanos/ |
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